¿Qué podemos hacer?
“En el lema de la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible, de Rio de Janeiro, se decía “… pensad globalmente; actuad localmente”1 .
Las decisiones de las personas, las empresas y los gobiernos han sido las causantes de la degradación del medio ambiente y el deterioro de nuestro entorno urbano, aunque abordemos esta temática como un asunto global y pareciera que se ha despertado el interés por dar respuesta a esta situación, debemos tener en cuenta que la construcción de una conciencia ambiental colectiva solo se puede lograr si asumimos el compromiso de manera individual y actuamos de manera coherente todos y cada uno de nosotros porque la suma de millones de actos individuales son la respuesta a muchos de los desafíos que se nos plantean como humanidad.
La disminución y el control de la contaminación atmosférica en los entornos urbanos están directamente relacionados al uso de combustibles fósiles y el uso intensivo y abusivo de los vehículos particulares. Es necesario fortalecer la oferta de transporte público, utilizar biocombustibles y promover el uso de medios de transporte alternativo como la Bicicleta. Las medidas restrictivas para el uso de los vehículos particulares y la peatonalización de las vías de la ciudad muestran una disminución en el uso de vehículos particulares, pero sus resultados son únicamente de corto plazo, para avanzar en la consecución de resultados a mediano y largo plazo es necesario hacer que el sistema integrado de transporte público sea atractivo, seguro, eficiente y ambientalmente sostenible, solo así la ciudadanía tendrá una alternativa que mejore los beneficios de un vehículo particular y nos permita avanzar en la construcción de un sistema de transporte que se convierta en algo más que un patrimonio material de la ciudad, algo más que la infraestructura bien lograda y un parque automotor bonito, juntos debemos hacer de nuestro sistema de transporte un valioso patrimonio inmaterial, del cual nos sintamos responsables, orgullosos y podamos sentir tranquilidad al saber que nuestros hermanos, familiares y amigos hacen uso de él.
Debemos tener claro que “la ciudadanía implica un compromiso recíproco entre el poder público y los individuos, asociado a derechos y responsabilidades frente a los nuevos imperativos del desarrollo”2 , para lo cual se hace ineludible ejercer ciudadanía teniendo claro que así como somos sujeto de derechos, también tenemos deberes y debemos actuar con civismo y con respeto por las normas cualquiera sea nuestro rol en el escenario de la movilidad.
Aunque naturalmente la medición del impacto que tienen los vehículos en el medio ambiente y los análisis sobre las características del mismo sean de carácter técnico, la solución a este problema y la mejora de las actuales condiciones depende en gran medida de nuestra Actitud, debemos tener en cuenta que “los estudios sobre actitud y comportamiento han puesto en evidencia que no sólo la actitud personal, sino también la actitud y la reacción de los otros, son las que influencian la asunción de comportamientos en pro del medio ambiente. De ahí surge la importancia de movilizar a las personas en masa para obtener una mayor eficiencia en las políticas”3 .
Debemos poner en nuestro radar la contaminación ambiental y formar parte de la solución a este problema haciendo un uso adecuado de los vehículos particulares y mejorando el servicio público de transporte, estas son dos tareas que tenemos pendientes los ciudadanos y los funcionarios públicos, asimismo la contaminación del aire no se puede quedar por fuera del inventario de los problemas ambientales a los que les debemos dar respuesta, más aun si tenemos en cuenta que “en los países de América Latina los problemas ambientales, “normalmente visibles”, tienen que ver con la inundabilidad del hábitat, la oferta de agua y alcantarillado sanitario, la contaminación de los cursos de agua, la disposición de los residuos sólidos, y también en algunos casos particulares (…) con la contaminación del aire.4 Visualizar problemas que no son tan evidentes es una de las competencias que debemos desarrollar en la ciudadanía para poder actuar de manera preventiva y no tener que esperar que los problemas nos lleguen a la puerta.
Poco a poco vamos avanzando en la universalización de prácticas responsables y sostenibles con nuestro medio ambiente y entorno urbano, nuestro compromiso no puede estar en manos de una moda temática, debemos ser coherentes día a día y educar con el ejemplo a las futuras generaciones porque finalmente “el avance sistemático hasta ahora alcanzado en materia ambiental sólo será posible mantenerlo con el compromiso de todos los ciudadanos.”5
[pie][1] “Contaminación atmosférica y conciencia ciudadana”, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Santiago de Chile, Junio, 2003, Prefacio, Pág. 66.[/pie]
[pie][2] Ibíd. Pág. 15[/pie]
[pie][3] Ibíd. Pág. 65.[/pie]
[pie][4] Ibíd. Pág. 262.[/pie]
[pie][5] Ibíd. Pág. 15[/pie]