Periodismo y democracia: 5 reflexiones sobre el rol del periodismo en la construcción de país.
Escrito por: Germán Fandiño Sierra
Se dice que los periodistas son guardianes de la democracia, ya que de ellos depende en gran medida la posibilidad de que todas las personas accedan a información que les permita comprender con claridad lo que ocurre en sus sociedades y en el mundo, con respecto a todo tipo de temáticas: deporte, cultura, política, relaciones internacionales, moda, ciencia y tecnología… etc. Muchos de ellos son aliados de la verdad, buscan de manera objetiva comprender las diferentes situaciones desde múltiples perspectivas para brindar información veraz, pero también hay quienes desde sus lugares de trabajo asumen posiciones personales con las cuales buscan condicionar la opinión pública a su conveniencia, y también hay quienes al parecer por la pauta publicitaria, o sus fuentes de financiación, asumen criterios editoriales bastante parcializados en favor de quienes los financian tanto en los medios de comunicación públicos como privados, favoreciendo narrativas útiles a quienes ejercen algún tipo de poder.
Particularmente en el ámbito político esto es muy relevante, ya que el devenir de las sociedades depende de la forma en que cada persona entiende su sociedad y define el rol que quiere jugar en ella, al igual que decide a qué clase de personas y grupos políticos les confía mediante su voto, el privilegio de dirigir los asuntos públicos desde el poder ejecutivo, y la posibilidad de hacer leyes desde el poder legislativo. Por esta razón, proponemos para la ciudadanía en general y los periodistas, las siguientes 5 reflexiones:
- Sobre la priorización de los temas de la agenda pública: Son los periodistas quienes deciden que temas priorizan para mostrar en sus plataformas, bien sean escritas o audiovisuales, ya que el tiempo y los espacios de edición con que cuentan son limitados, y deben elegir los temas sobre los cuales van a orientar su capacidad de trabajo. Esto puede tener un impacto en la movilización social, en las actuaciones de quienes tienen a cargo la gestión de asuntos públicos, o privados con incidencia de interés general, entre otras cosas. Al dejar de lado algunos temas, pueden favorecer (sin quererlo, o queriendo) dinámicas de corrupción, violencia, pobreza, en casos puntuales que muchas veces pasan desapercibidos, o a los cuales no se les da la importancia adecuada, pero que son de interés general y que pueden seguir creciendo a la sombra de la opinión pública.
De allí la importancia de asumir un criterio propio por parte de cada ciudadano para comprender la complejidad de la realidad, más allá de lo que nos dicen los titulares y los medios de comunicación.
- Sobre los riesgos que afectan a los periodistas y a la sociedad en general: El ejercicio del periodismo genera múltiples riesgos, tanto para ellos, como para otros grupos de interés y la sociedad en general, así: riesgos contra la libertad de prensa por parte de los actores políticos y armados que se ven afectados por la información periodística, como ocurre con el presidente de Colombia, quien cada vez que ve una noticia desfavorable, ataca a los medios, aunque lo que digan sea cierto, ya que el problema no radica en la certeza, sino en la conveniencia de la información, lo que ha llevado a que la Fundación para la Libertad de Prensa FLIP, le haya hecho varios llamados de atención solicitando respeto a los periodistas y a la libertad de prensa.
Por otra parte, cuando el periodismo se hace desde posiciones políticas, para favorecer las ideologías o intereses afines a los periodistas, o los medios que representan, es la sociedad la que entra en escenarios de manipulación mediática totalmente ajena a la objetividad y la claridad. De allí la importancia de comprender el tipo de políticas editoriales de cada medio de comunicación y/o periodista, ya que la condición humana nos llega a todos, y cada quien podrá priorizar su percepción de lo que es bueno, o malo, conforme a su visión del mundo y las responsabilidades que se derivan de sus fuentes de financiación, ya que el ejercicio del periodismo no es ajeno a ser una actividad económica como cualquiera.
Así las cosas, aunque la censura y la autocensura, pueden ser el resultado de la presión de grupos violentos, también pueden obedecer al cálculo editorial, como ocurre con la televisión pública que en muchos casos busca favorecer al mandatario de turno, desde presidencia, hasta gobernaciones y alcaldías, lo mismo ocurre con algunos medios de carácter privado, en especial los más débiles, que dependen mas de la contratación con actores de poder.
La labor periodística es un activo para la sociedad, y todos debemos velar por la protección de la libertad de prensa, pero también comprender que ese ejercicio de la libertad de prensa, en ocasiones puede ser utilizado para manipular la opinión pública, algo que se puede lograr con la forma de redactar noticias, hacer análisis, dar, u ocultar información… entre otras formas de manipulación de las cuales nos debemos cuidar como ciudadanos.
- Sobre el valor del respeto. Uno de los valores que parece en vía de extinción es el RESPETO. Cada vez que se presenta una noticia relacionada con asuntos políticos, sociales, económicos, de orden público, de gestión de gobierno, seguridad ciudadana, de masculinidad, feminismo, etc., es normal ver como se insulta, se descalifica, se agrede a las personas y poco se confrontan con argumentos las ideas. La controversia es válida, necesaria, y puede llegar a ser enriquecedora, pero esto solo ocurre cuando se respetan elementos como la veracidad, el ánimo constructivo, y la empatía para comprender la posición y las condiciones del otro, para entender por qué dice lo que dice, y en caso de no estar de acuerdo proponer planteamientos opuestos, pero bien estructurados que vayan al fondo de los asuntos, y no a la dignidad de las personas.
Este ha sido un problema en el que tanto los ciudadanos que reciben la información, como algunos periodistas han caído, de allí la importancia de replantear el rol que asumimos en los espacios de carácter físico y virtual, donde se generan las condiciones para debatir sobre los diferentes temas del día a día. Es cierto que la mayoría de los lideres políticos no dan un buen ejemplo al respecto, pero, los ciudadanos tenemos el deber de ser mejores.
- Sobre el paso del análisis objetivo a la idolatría y los mesianismos contemporáneos. Ahora las personas no ven a los políticos como servidores públicos sino como Ídolos, y de esta manera se idealizan de manera desmedida sus ideas, actuaciones, propuestas, sentires y pareceres. Esta idealización impide hacer análisis objetivos de los métodos y resultados en la gestión de lo público, se relativizan las vulneraciones de Derechos Humanos según quién sea la víctima y quién sea el victimario. La mala gestión de los gobiernos se defiende a dentelladas si es el gobierno al que las personas y/o los periodistas consideren más cercanos, como si lo importante fuera la imagen de un individuo, sus ideas e intereses, y no los grandes objetivos que deberíamos tener como sociedad: lucha contra la pobreza, contra la corrupción, la protección de la vida, la mejora de la calidad de vida de todos, y no de unos cuantos que con el erario público se dedican a vivir sabroso…
Ojalá el periodismo siempre sirviera para proteger la democracia y no a ídolos con pies de barro, mediante debates acomodados, posturas editoriales parcializadas, encabezados mal intencionados, o peor aún, sacando de la agenda mediática los temas que prefieren manejar con bajo perfil para ahorrarle problemas a los gobiernos, u otros grupos de interés, o actores sociales.
- Sobre los lugares comunes y las mismas voces una y otra vez. La discusión de lo público cae en lugares comunes, generalmente siempre participan las mismas personas y se replica la visión de los grupos de poder. La participación en espacios de dialogo y debate esta restringida en beneficio de actores políticos, aliados de partidos, y grupos de interés muy consolidados, lo que hace prácticamente imposible, o muy difícil escuchar voces nuevas y divergentes, que aporten valor a la discusión desde lugares diferentes a los poderes establecidos. Hay políticas editoriales que solo involucran fuentes y analistas afines con sus intereses y con sus líneas políticas, lo que empobrece cada vez más el debate orientándolo más a la manipulación, o al anclaje de las discusiones en lugares comunes, más que favorecer la claridad y la inclusión de nuevos criterios de análisis.
Un muy buen ejemplo de cómo se puede romper esta dinámica y ofrecerle a la ciudadanía más y mejores opciones de análisis de lo público nos lo dio el periodista argentino Alejandro Fantino, quien desde su plataforma Neura Media, le dio la oportunidad hace varios años a Javier Milei, un economista ajeno a los grupos de poder en Argentina, pero que desde la economía propuso temas de análisis para debatir el estado de cosas de la sociedad, lo que poco a poco lo llevó a convertirse en una alternativa de poder que hoy le da una luz de esperanza al pueblo Argentino. Nada de esto hubiese sido posible, si Alejandro Fantino no hubiese roto la lógica periodística que busca tener siempre a las figuras mediáticas más relevantes, aunque sean esas mismas figuras las que estancan el análisis desde las lógicas de poder, y no desde la creatividad y la inteligencia que oriente a la sociedad a comprender una mejor manera de construir la realidad y dar respuesta a los problemas que difícilmente podrán analizar de manera acertada quienes los generaron. A propósito de este caso de ejemplo de un periodista que le abrió el espacio mediático a alguien que no ostentaba poder político, ni burocrático, o empresarial, pero si, nuevas ideas, los invitamos a ver este video: https://vm.tiktok.com/ZMjJBubt1/
Muchos medios de comunicación sirven de caja de resonancia a las corporaciones públicas, y sus representantes, lo que nos lleva a escuchar siempre a las mismas personas y acceder siempre a los mismos puntos de vista, de allí que se pierda la riqueza del análisis y la posibilidad de comprender el devenir nacional más allá de las miradas políticas tradicionales, o en ejercicio del poder.
Estos son algunos elementos de especial interés en la actualidad, ya que las fuerzas políticas a nivel mundial y nacional, hacen esfuerzos inmensos por construir y promover narrativas que se ajusten a sus intereses, y esos intereses muchas veces están muy lejos de representar el anhelo de millones de personas que día a día se levantan con la ilusión de mejorar su calidad de vida, y cumplir sus sueños y los de sus familias.
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